La identidad son aquellos valores, expresados en ideas, comportamientos y sentimientos (esto es actitudes), los cuales se comparten, se han compartido y se quiere seguir compartiendo. Por lo tanto, la identidad se conforma siempre en un, y con un grupo, que se percibe diferente a los demás. La identidad, pues, exige conocer el origen real de lo compartido, que otorga la conciencia de saber el porqué del momento actual y capacita para proyectar un futuro común. Por lo tanto, en la construcción de la identidad docente, es imprescindible el conocimiento de los antecedentes sobre las ideas y prácticas de la enseñanza del momento actual. Además, ser consciente del bagaje de conocimiento sobre la docencia es esencial en la construcción de la identidad científica de la profesión. Así pues, seguidamente se presenta ideas y prácticas de la enseñanza de la Edad Moderna.
La Edad Moderna se considera que comienza con el descubrimiento de América (1492) hasta finales del siglo XVIII. Es decir, es el periodo comprendido entre la Edad Media y la Edad Contemporánea.
En el campo pedagógico destacan el desarrollo de las ideas humanistas que brotan en la Edad Media, así pues, figuras como: a) Juan Luís Vives (1492-1550) propone la enseñanza tanto moral como intelectual a partir de la observación empírica y la experimentación, adaptándose a las capacidades individuales; b) Comenius (1592-1670), define la Didáctica como “un artificio universal para enseñar "todo a todos”, por lo que destaca la idea de un curriculum igual, proponiendo métodos en armonía con el entorno y la naturaleza; c) Locke (1632-1704) parte de la concepción que la mente humana es una “tabla rasa” en aspectos morales y académicos, por lo tanto la enseñanza debe llenar la mente con experiencias adecuadas, sobre todo, sensoriales; d) Rousseau (1712-1778) propone una educación natural, respetando los ritmos de desarrollo del niño, sus intereses y capacidades, bajo el presupuesto que “el sujeto es bueno por naturaleza”.
Las instituciones educativas de la Edad Moderna, más importantes, son las Universidades, que evolucionan y se expanden, destacando la Universidad de Salamanca, (fundada en el 1218), la de Alcalá de Henares (1492), la de Oxford (1096) y Cambridge (1209). Otras instituciones son los colegios y universidades Jesuitas, creado por la Compañía de Jesús (1540) de San Ignacio de Loyola, donde se forman las élites intelectuales, pero también se atienden a los más necesitados. En las escuelas municipales o parroquiales se da formación básica, no siempre al acceso de los más pobres. Las familias pudientes contratan tutores privados o envían a sus hijos a escuelas privadas. Las escuelas gremiales se forman en oficios artesanales y en el comercio, según el modelo de maestro-aprendiz. Es también digno de mención la creación de academias científicas y literarias, los conventos y colegios para la enseñanza de las mujeres, y los seminarios para la formación del clero.
Por último, destacan las instituciones que atienden a los más pobres, dirigidas, en su mayoría, por órdenes religiosas, como las fundadas por San Juan de la Salle (1680), la Charity Schools en Inglaterra (s. XVI-XVII), San Vicente de Paul y Luisa de Marillac en el s. XVII en Francia, donde se incluye la escuela gratuita para las niñas. En Alemania y Países Bajos, bajo el impulso de la reforma protestante de Lutero (1483-1569) se promueve la alfabetización universal para la lectura de la Biblia.
En relación al curriculum y métodos de enseñanza en la Edad Moderna se destaca la lectura de los textos clásicos (griegos y latinos) y su interpretación mediante el debate y el Método Socrático (pregunta-respuesta). También se empiezan a utilizar los libros de texto, como la Ratio Studiorum (1599), un manual elaborado por los Jesuitas que recogía la organización de la enseñanza y los métodos didácticos a seguir. Bajo la influencia de Luís Vives y Comenio se promueve la enseñanza de la lengua vernácula (materna) en combinación con el latín (lengua más extendida). En la enseñanza de las ciencias naturales se introduce el método inductivo (observación-experimentación) bajo la influencia de filósofos como Bacon (1561-1626). Los Jesuitas y las escuelas de la Salle implantan el método simultáneo y la tutorización por pares, que permite atender a un número cada vez más creciente de estudiantes. Sin perder el interés por el pensamiento crítico se pone el énfasis en la memorización y se insiste en el control moral, la disciplina y el esfuerzo. En muchos casos se aplica el castigo físico.
En definitiva, la Edad Moderna se caracteriza por ideas y prácticas de enseñanza humanistas que promueven la formación integral del sujeto (moral e intelectual), cultivando la lectura y la dialéctica. Todo ello, incluyendo las lenguas vernáculas y atendiendo capacidades e intereses individuales. Por otro lado, también, se extiende métodos inductivos, ejercitando los sentidos y la reflexión con la observación y la experimentación. Por último, la enseñanza atiende a las diferentes capas sociales con instituciones religiosas, civiles y gubernamentales. Sin embargo, se aplican prácticas coercitivas y la enseñanza de los más pobres sigue siendo fruto de esfuerzos caritativos, o altruistas, aunque más generalizados que en épocas anteriores.
Para pensar:
¿Qué antecedentes de la docencia actual se hallan en la Edad Moderna?
Para profundizar:
Álvarez García, J. M. (2011). La educación en la Edad Moderna: Aspectos pedagógicos y metodológicos. Sevilla: Universidad de Sevilla.
Hamilton, B. (2006). Religious Education in the Christian West: From the Bible to the Modern School. Londres: Routledge.