Desde finales del siglo XX el slogan filosófico viene siendo la crisis de la razón y la muerte del hombre (el slogan del siglo XIX fue la muerte de Dios). El siglo XXI sigue avanzando bajo la amenaza del cientificismo, heredero de la ilustración más despótica. Desde el siglo XIX se viene generalizando, a nivel mundial, la actitud positivista que extiende el desarrollo de las ciencias naturales, reduciendo todo el saber a sus criterios empíricos. Esta actitud penetra todas las culturas y se manifiesta en la reclamación de privilegios por parte de la racionalidad tecnológica, en la disgregación del conocimiento en ámbitos atomizados, en la oposición irreconciliable de supuestos valores y en la materialización de la vida en su totalidad. Estos síntomas permiten diagnosticar la agonía de la ideología, sin embargo, lo que agoniza es la utopía, en el sentido de un proyecto común posible que alimente la esperanza de mejora de la sociedad y ofrezca propuestas reales de cambio para la humanidad. El noble proyecto ilustrado de autonomía para el hombre en el descubrimiento del logos universal, que alentó las utopías modernistas (transformadas, finalmente, en feroces totalitarismos de inusitada capacidad destructiva), ha dado paso a la fragmentación del pensamiento actual en una serie de rasgos que atraviesan, de forma inevitable, la mentalidad globalizada de nuestro tiempo.Estos rasgos son:
1.- Desmitologización: toda la realidad se interpreta en términos de causa y efectos naturales: biológicos, físico y psíquicos.
2.- Desacralización: el sentido es una cuestión transcendental que no sobrepasa la consciencia subjetiva. Se prescinde de la transcendencia humana.
3.- Secularización: la razón individual es el único criterio que rige el actuar y sentir del humano (ni religión, ni estado).
4.- Ideologización: la norma ideológica es incuestionable.
5.- Subjetividad: el humano es la medida de la interpretación de realidad. Es el que decide, de forma colectiva, qué es lo valioso.
6.- Relativismo: se niega la perspectiva universal y objetiva de los valores. Todo vale, incluso el anti-valor.
7.- Emancipación: autonomía, concedida graciosamente, de toda autoridad, espiritual, jurídica, social o política. La emancipación se logra usando la razón de forma pública o bien se conquista con la revolución violenta.
8.- Reduccionismo social: el hombre sólo puede tener relaciones mundanas. Estas relaciones se circunscriben al contexto espacio-temporal y al ámbito del placer y el poder, donde el más violento, el más corrupto, el más manipulador, el más seductor…. logra prebendas y privilegios.
Todos estos rasgos del pensamiento actual encierran trágicas contradicciones:
1.- Se explica todo por las causas y los efectos (desmitologización) y, sin embargo, las causas primeras y los efectos últimos del universo y el hombre se entregan al azar, a la nada o la repetición cíclica del todo (desacralización).
2.- Se argumenta que la razón individual es el criterio supremo del hombre (secularización) y sin embargo se absolutiza la ideología como incuestionable, aunque sus afirmaciones vayan en contra de la racionalidad científica y el criterio moral más elemental (ideologización).
3.- La colectividad es quién decide lo valioso (subjetividad) pero todo vale según los intereses de la ideología (relativismo), que es la que conforma el pensamiento de la colectividad.
4.- Se aspira a la autonomía (emancipación) pero esa autonomía se usa en una esfera de relación en la que se pretende ser más que el otro (reduccionismo), que es la causa y el efecto de la servidumbre, la dependencia, la sumisión, la esclavitud…
Sin duda, la educación reproductora actual, está formando a personas en las contradicciones mencionadas, esto supone que la educación hoy no se cuestiona nada racional (lo racional se muestra en el pensamiento coherente), no permite tomar consciencia de nada real (lo real se identifica en la acción coherente) y no muestra nada valioso (el valor se capta en las acción-pensamiento-afecto coherente). En definitiva la educación hoy es un mass media que difunde los slogans de la ideología, aplicando estrategias publicitarias. La educación hoy ha olvidado su función de desarrollar el juicio crítico libre en el ser humano.
Para pensar
¿En qué se diferencia las estrategias publicitarias de las estrategias didácticas?
Para profundizar
Sáen, L. (2009). Movimientos filosóficos actuales. Trotta