La educación hoy no ha logrado vencer la violencia y la injusticia que atenaza al hombre, ni tampoco ha logrado erradicar sus ansias de auténtica libertad. Basta lanzar la mirada sobre los movimientos sociales pacifistas del mundo actual. El hombre, hoy más que nunca, mira para todos lados buscando un cambio cualitativo en sus vidas. Sin embargo, la crisis del pensamiento actual se proyecta en una educación mercantil en la que:
1.- Se niega el conocimiento transcendente y con ello se niega, a la persona, la posibilidad de una comprensión global de totalidades.
1.- Se niega el conocimiento transcendente y con ello se niega, a la persona, la posibilidad de una comprensión global de totalidades.
2.- Se marca al hombre con las afirmaciones de una ideología incuestionable y, con ello, se niega al individuo la posibilidad de construir su propia identidad.
3.- Se imponen las apetencias, los intereses y los deseos de la colectividad como valores y, con ello, se niega al sujeto la posibilidad de lograr la dignidad basada en valores reales.
4.- Se incita al humano hacia la emancipación, es decir, a la conquista de prebendas sociales que alienan al sistema y con ello se niega, a todos, la posibilidad de una auténtica liberación de los poderes públicos.
Desde Horkheiner y Adorno, pasando por la Escuela de Franckfort a la Escuela Dialógica de Habermas y Apel y, en otro lado, la hermenéutica, el existencialismo y el pensamiento de la diferencia; todas estas corriente coinciden en el diagnóstico desesperado de la modernidad y la búsqueda de nuevos proyectos.
Quizás se pueda encontrar ese cambio en la nueva utopía pedagógica, que propone:
1.- La desmitologización de la dimensión transcendente del hombre, para llegar a su comprensión como realidad ineludible del ser y su devenir histórico.
2.- La reflexividad, sin prejuicios ideológicos, sobre las causas primeras del universo y el sentido último del hombre.
3.- La racionalidad lógica, que no es justificación individual de actos caprichosos, sino pensamiento coherente iluminado por una acción comprometida con el bien común.
4.- La construcción de la propia identidad de cada hombre, en comunidades de aprendizaje donde el ser humano encuentre el sentido (origen y finalidad) de su propia vida, cuestionándose todas las ideas y comportamientos, sin coacciones ideológicas.
5.- La interacción intersubjetiva (sin intereses manipuladores) donde lo valioso pueda ser captado. Lo valioso no se negocia, no se deduce. Lo valioso se descubre en un acto relacional de voluntades con inteligencia; es decir en una comunidad de racionalidades abiertas a lo nuevo, a lo in-derivable…
6.- La dignidad universal del hombre que realiza, en la vida de cada persona, todos los valores. Estos valores de forma absoluta potencian la naturaleza humana. La dignidad es constitutiva de cada ser humano, con independencia de sus circunstancias socio-culturales, psicofísicas y evolutivas; y cada ser humano debe de ser tratado según esa dignidad.
7.- La libertad que nadie puede conceder, ni se puede reclamar a nadie, ni se conquista. Con la libertad no se logran privilegios, al contrario, se entregan. La libertad, que cada hombre posee, se ejerce escogiendo el bien, cueste el esfuerzo que cueste; o se entrega a cualquier postor a cambio de cualquier prebenda… Cuanto más fácil le es al hombre escoger el bien, más libre es y menos corruptela soporta.
8.- Las relaciones de apertura, exclusivas de hombres libres y con racionalidad lógica. Este tipo de relación se establece en la expresión y captación de valores que superan los deseos y apetencias, puramente, fisiológicos, afectivos y/o sociales. En estas relaciones el hombre se des-enraíza de lo material (tener más para satisfacer deseos) y establece relaciones de auténtica igualdad, creándose un espacio donde la persona es capaz de generar conocimiento creativo y útil para la comunidad. Es decir, se convierte en una persona competente.
En definitiva, en esta propuesta pedagógica la educación recupera su utópica función de potenciar el desarrollo integral del hombre y transformar la sociedad, en un mundo que reclama coherencia de pensamiento-acción-afecto, para poder conducir el cambio global continuo hacia metas de igualdad, justicia y paz en toda la humanidad.
Para pensar
¿Qué métodos y/o estrategias didácticas debería aplicar una enseñanza coherente con las propuestas de la nueva utopía pedagógica?
Para profundizar
Sáen, L. (2009). Movimientos filosóficos actuales. Trotta