viernes, 11 de noviembre de 2022

Comunicación visual y lenguaje de imágenes

La comunicación visual es una interacción entre organismos que produce intercambio de información, usando recursos representativos visuales. En el ser humano, este tipo de comunicación favorece, sobre todo, la intersubjetividad de sentimientos (emociones estables), asociados a conocimientos y comportamientos. Dentro de la comunicación visual se categorizan distintitos tipos de lenguajes: el lenguaje escrito, el lenguaje de sordos, el lenguaje de circulación, el lenguaje autista, el lenguaje de la danza y el lenguaje de imágenes. Sin embargo, todos estos lenguajes son sistemas comunicativos totalmente diferentes, aunque un lenguaje determinado se puede usar para apoyar el mensaje, representado con otro lenguaje.

Prestando atención al lenguaje imágenes, este se define como un sistema de comunicación, para el procesamiento de la información cuya unidad de significación es la imagen. Las imágenes son estímulos (fotos, videos, pintura, carteles, tatuajes….) compuestos por signos y símbolos que se perciben a través de la vista. Estos símbolos y signos, se combinan según reglas convencionales, a fin de comunicar un significado, es decir, el mensaje o información que representa la imagen están referido a un significante real o conceptual.

Las imágenes se diseñan, elaboran y difunden por medio de soportes y canales muy variados (papel, lienzos, cuerpo humano, ordenador, móvil, paredes…). Estas producen sensaciones psicofísicas que adquieren significado en el cerebro humano, activando procesos, operaciones y/o facultades mentales de carácter cognitivo, metacognitivo, social y motivacional. Estas operaciones son la percepción, el análisis, la atención, la decodificación, la memoria, la integración, la clasificación, la imaginación, la interpretación, la identificación, la emoción, la generalización, la transferencia, el control y autorregulación…. Todos los procesos humanos mencionados, se realizan de forma simultánea y de un modo consciente o inconsciente.

La operación mental más evidente que activa una imagen es la emoción, que siempre está asociada a ideas, o conocimientos, y comportamientos; basados en la experiencia, personal, cultural y/o social del sujeto. Pero ¿cómo funciona del cerebro humano frente a la imagen, para asignar a las sensaciones que produce significados emocionales?

En primer lugar, la mente humana discrimina las sensaciones psicofísicas que causa la imagen. Es decir, se pone en juego el proceso de la percepción, por el cual el sujeto identifica los diferentes elementos de la imagen y sus relaciones; en combinación con otros procesos u operaciones mentales, tales como los que siguen:

1.- Análisis: esta operación mental dirige la mirada y se detiene en determinados elementos de la imagen, ignorando otros. El número de elementos que se captan en un instante es la dimensión máxima de atención de cada sujeto. Esta dimensión máxima de atención varía dependiendo de diferentes factores como, entrenamiento en la decodificación de imágenes, la atención a la imagen, experiencias socioculturales que rememora la imagen….

2.- Integración: con esta operación la mente crea totalidades uniendo los elementos de la imagen según criterios de simetría, regularidad, continuidad, repetición, semejanza, analogía, asociación... La integración de los diferentes elementos captados en la dimensión máxima de atención evoca contextos, formas completas, paisajes, escenarios…

3.- Imaginación: por esta operación el individuo puede identificar algo que no se corresponde con lo representado en la imagen, y esto puede ocurrir, incluso, en situaciones de contraste social, ya que muchas personas pueden percibir, ilusoriamente, de forma simultánea. Las variables que determinan una percepción ilusoria pueden ser: atención dispersa, desconocimiento de reglas de decodificación del lenguaje de imágenes, falta de información sobre las intenciones del creador de la imagen, prejuicios o estereotipos ideológicos…

Con la percepción, el sujeto identifica los significantes de los elementos y de las totalidades, significados en la imagen, según códigos convencionales. Estos significantes pueden ser reales o conceptuales. La percepción de la imagen conduce a su interpretación, es decir, a lo percibido se le asigna un significado emocional, asociado a conocimientos y comportamientos (esto es un valor o un antivalor). La interpretación de una imagen puede ser muy variada, dependiendo de las diferentes facultades mentales y experiencias socioculturales que pone en juego el sujeto. Básicamente, se diferencia los siguientes modos de interpretar la imagen:

1.- Interpretación de proyección: lo percibido en la imagen producen emociones ligadas a fantasías, deseos y/o frustraciones propias del sujeto que observa la imagen. Son, por lo tanto, emociones que distorsionan los conocimientos sobre la realidad y refuerzan comportamientos inadaptados. Este tipo de interpretación afianza los propios antivalores.

2.- Interpretación subliminar: la percepción de la imagen genera emociones ligadas a estereotipos y prejuicios ideológicos del sujeto que observa la imagen. Estas emociones se asocian a conocimientos que falsean la realidad y comportamientos tendenciosos o segregadores. Este tipo de interpretación reproduce antivalores sociales.

3.- Interpretación de identificación: la percepción de la imagen conexiona emocionalmente con aquello que el sujeto valora. Este tipo de emociones están asociados a conocimientos reales propios y comportamientos constructivos asumidos. Este tipo de interpretación afianza valores propios.

4.- Interpretación crítica: la percepción de la imagen activa, en primer lugar la autorregulación y el control emocional, centrando el esfuerzo en la decodificación completa y profunda a nivel denotativo (identificación de los elementos de la imagen y descripción de sus significados en relación con los significante) y a nivel connotativo (valoración de los significados). Este tipo de interpretación distancia al sujeto que observa de sus propios deseos, fantasías y frustraciones, y permite discernir estereotipos y prejuicios contenidos en la imagen; a la vez, afianza valores propios y/o descubre nuevos valores.

El conocimiento del lenguaje de imágenes, o alfabetización visual es esencial para realizar una adecuada percepción de la imagen que conduzca a una interpretación crítica de las mismas. Este tipo de interpretación tiende a la estabilización de las emociones positivas, reforzando, o captando, sentimientos, también positivos. Sentimientos positivos son aquellos que están asociados a conocimientos reales de las personas, los seres vivos, los objetos y el mundo; e impulsan a comportamientos personales y sociales constructivos. En definitiva, la interpretación crítica visual crea valores (aquello que desarrolla a la persona), y esta no es posible si no se hace consciente como funciona el lenguaje de imágenes, mediante un método de enseñanza.

Para pensar

¿Qué diferencias existen entre el lenguaje escrito y el lenguaje de imágenes, puestos que ambos son sistemas comunicativos visuales? ¿Se podría enseñar de forma simultánea ambos lenguajes?

Para profundizar
Munari, B. (2016). Diseño y comunicación visual : contribución a una metodología didáctica. Gustavo Gili