miércoles, 16 de diciembre de 2020

Habilidad Básica y Técnicas de Estudio Recreador

Creadas las condiciones actitudinales, espaciales y temporales para el estudio eficaz con el diseño de un Plan de Trabajo Semanal, el domino de la lectura pasa a ser la habilidad esencial requerida, por lo tanto es necesario conocer y aplicar estrategias de evaluación lectora que orienten su mejora. Para ello es importante señalar los factores que determinan la eficacia de la lectura en el estudio recreador, esto es, la velocidad o fliudez lectora y la comprensión lectora.

En relación a la velocidad, durante la lectura el ojo avanza a pequeños a saltos sobre las líneas, reaizando breves detecciones, por consiguiente el domino de la habilidad lectora implica progresar sobre el texto parando la mirada en unidades gráficas  que permiten captar el significado. A este modo de leer se llama `fluidez lectora´ y supone que se lee imprimiendo una  determinada secuencia de movimento-pausa al ojo para extraer información esencial del texto. Esto es así porque en realidad leer con fluidez es realizar hipótesis, predicciones e inferencias en base a indicios gramaticales detectados en las pausas, y comprobar dichas anticipaciones uniendo conceptos e ideas. Así se van formando unidades amplias y coherentes de sentido sobre lo leído. Todo esto en décimas de segundo, en una progresión temporal ordenada (rítmica).

Por todo lo expuesto, el aprendizaje de la fluidez lectora es permanente y esta debe adaptarse a los objetivos de la lectura y a las características del texto. Así pues, si el objetivo lector es buscar información específica sobre un tema en un documento, el progreso lector se hace por capítulos, o apartados, y la detención se establece en aquellas secciones de textos que tienen que ver con el tema sobre el que se indaga. Localizado un capítulo, o apartado, que interesa, entonces los saltos son menores y en las pausas se reconocen la información contenida en los párrafos. Por otra parte, tanto las características formales del texto (imágenes, tipo de letra, márgenes, interlineado….) como las gramaticales (estructura, léxico…), también, determinan la fluidez lectora para logra la comprensión necesaria.

Con respecto a la compresión lectora, como se ha comprobado en el párrafo anterior, esta va unida a la fluidez lectora. Más concretamente, leer para el estudio es ser capaz de identificar de forma inmediata las ideas de un texto y cómo se estructuran. En definitiva, el dominio de la lectura para el estudio recreador exige un equilibrio entre fluidez y comprensión. Ese equilibrio se llama `coeficiente de eficacia´ y se calcula dividiendo por 100 la fluidez lectora (medida en número de palabra leídas por minuto) y la comprensión lectora (medida en número de preguntas contestadas correctamente sobre las ideas expresadas en el texto y traducido en tanto por ciento). Es decir CE = V x C/100, siendo CE, el coeficiente de eficacia; V la fluidez y C la comprensión. Así pues, un coeficiente de eficacia lectora recomendable para el estudio recreador sería de 210, siempre que la fluidez fuese de 300 palabras por minuto y la comprensión de un 70%. 

En definitiva evaluar la propia habilidad lectora para mejorar el estudio exige identificar el propio coeficiente de eficacia lectora y mejorarlo, aplicando las siguientes estrategias:

1.- Seleccionar textos de calidad formal (homogeneidad y armonía) y estructural (ideas bien organizadas según el género académico, eso es monografías, ensayos argumentativos, informes de investigación…), y cuya información sea útil para el estudio de la disciplina que interesa.
2.- Avanzar en la lectura sobre un texto, en silencio, tratando de identificar información a partir de una mirada amplia, evitando, tanto la subvocalización (pronunciación mental de cada palabra) como las regresiones.
3.- Con un cronómetro controlar el tiempo que se ha estado leyendo y contar las palabras leídas.
4.- Contestar 10 preguntas de comprensión lectora, elaboradas previamente por otra persona y calcular el tanto por ciento de aciertos.
5.- Mejorar la fluidez lectora, aunque se tenga que reducir el nivel de comprensión, siempre que este último no baje del 70%, para ello se establecerá un control semanal del coeficiente de eficacia lectora, hasta lograr 300 palabras por minuto, de media. 

Más allá del dominio de la habilidad lectora, el estudio eficaz supone, además, la aplicación las siguientes técnicas:

1.- Tomar apuntes durante una exposición oral. Esta técnica consiste en registrar la información expresada en una lección magistral, expositiva o conferencia, destacando: a) los puntos esenciales, b) el orden de las ideas expresadas, c) la conexión entre las ideas, y estas con los datos; y d) las conclusiones. Esta técnica requiere entrenamiento y condiciones específicas. Con respecto al entrenamiento sería conveniente tomar apuntes, siempre que se asista a una exposición presencial o virtual relacionada con un ámbito de conocimiento que se está estudiando. Este modo de operar ayuda a la memoria en la fijación de los aprendizajes. Con respecto a las condiciones necesarias para tomar apuntes de forma eficiente, estas son: a) leer previamente sobre el tema de la exposición, b) concentrarse en el orador con una actitud empática, c) anotar las ideas esenciales y las relaciones, d) diferenciar entre hechos y opiniones; datos y juicios de valor, e) formular preguntas sobre lo que no se comprenda o no se esté de acuerdo de un modo argumentado; y f) revisar los apuntes tomados, creando un documento que exprese las ideas con orden y coherencia, comparándolas con las de un compañero.

2.- Subrayado durante el proceso de lectura. Esta técnica consiste en destacar las secciones de texto donde se expresan ideas relevantes. Para subrayar correctamente se recomienda: a) leer de un modo eficaz el documento completo, haciendo pequeñas señales en los márgenes donde se identifiquen ideas significativas; b) volver a leerlo y señalar las frases breves, o palabras, que expresan las ideas identificadas anteriormente, utilizando un solo color  (llenar un documento de colorines ni estimula ni ayuda a la mente, solo sirve para entretenerse, pasando el rato).

3.- Resumen del documento leído y subrayado. Esta técnica consiste en reducir el texto, respetando las ideas esenciales y utilizando las palabras y frases textuales del autor. En un resumen eficaz, además, se reorganizan las ideas identificadas según el criterio lógico, aplicado por el estudiante. Es decir, en un resumen se pueden agrupar en un mismo párrafo aquellas frases que desarrollan la misma idea y que en el texto pueden aparecer dispersas en el apartado o, incluso, en apartados diferentes. Además, en un buen resumen nunca se repiten las ideas, aunque si se repitan en el texto leído.

4.- Representación gráfica (esquema, red conceptual, mapa conceptual y diagrama de flujo). Esta técnica consiste en disponer, visualmente, las ideas esenciales y sus relaciones. Es una técnica que permite profundizar en la comprensión del texto, facilitando el recuerdo y la expresión de los aprendizajes. Las diferentes presentaciones de esta técnica reciben su nombre del modo en que se disponen en el espacio las ideas y del tipo de relaciones que se muestran. Así pues, un esquema es una presentación vertical y jerárquica de ideas, utilizando viñetas y palabras claves o frases muy breves. Una red dispone los conceptos, mostrando relaciones horizontales y verticales que se representan con flechas. Un mapa conceptual, además de relaciones horizontales y verticales entre conceptos añade otro tipo de relaciones de carácter circular. Por último, el diagrama de flujo presenta las acciones de un procedimiento, mostrando vías alternativas, es decir, si se cumple determinadas condiciones se sigue unos pasos explicitados, si no, se siguen otros diferentes.

5.- Técnicas de Memorización. Estas técnicas apoyan la memoria semántica, siendo esta la operación mental que permite estructurar la mente de un modo permanente con la nueva información. La memoria es una operación metal esencial para la integración cognitiva, base del desarrollo humano y más concretamente del intelecto. Así pues, conviene ser selectivo en aquello para lo que aplica el esfuerzo de la memorización y, de hecho, todas las técnicas descritas están enfocadas a seleccionar un resto de información que es la que interesa, la que realmente produce nuevas conexiones mentales. Esa, pues, será la información que conviene fijar en la nuevas redes mentales creadas, aplicando técnicas como: a) uso de acrónimo (siglas que coinciden con las iniciales de los conceptos a recordar) y acrósticos (palabras cuyas letras coinciden las iniciales de los conceptos a recordar, b) repetición oral o escrita de conceptos, c) repaso de conceptos; d) usar estimulo visuales como imágenes dibujos…para evocar los conceptos.

En definitiva, estudiar supone seleccionar las ideas más interesantes (de distintas fuentes escritas u orales) en función de los objetivos marcados e interpretarlas, conectándolas con los propios conocimientos, para finalmente, retenerlas y, posteriormente, elaborar un producto, recreándolas. 

Para pensar

¿Qué se entiende por calidad formal de un texto y cómo puede afectar al coeficiente de eficacia lectora? ¿Qué otras técnicas, o estrategias, de memorización aplicarías para retener la información esencial?

Para profundizar
Alcas, N., Alarcón, M., Alarcón, H., Gonzáles, R., & Rodríguez, A. (2019). Estrategias metacognitivas y comprensión lectora en estudiantes universitarios. Apuntes Universitarios, 9(1). doi:https://doi.org/10.17162/au.v1i1.348